sábado, 26 de septiembre de 2009

Comenzando...

He decidido que hoy empiezo de nuevo. He tomado esta decisión varias veces, pero supongo que en cada una de esas ocasiones ha sido cierto y una tiene el derecho a decidirse a recomenzar cuantas veces quiera.

Estoy sola y creo que es un buen momento para empezar (otra vez). Al final del día - y con un par de tragos encima - estoy donde siempre termino: preguntándome si acaso será posible lograr lo que quiero, si esta soledad de hoy se transformará en una cama compartida mañana, si podré llegar algún día a casa feliz y satisfecha luego de una día de trabajo, si algún día añoraré estar con mis hijos, etc etc etc... todas esas cosas que de alguna forma entraron en mi cabeza como sinónimos de lo que es supuestamente tener una vida plena y feliz.

Hoy me siento carente de todo. Mi vida tiene cosas buenas, pero no puedo evitar centrarme en las carencias. Creo que debo escribir para revisar mi día a día y encontrar ahí un sentido que hasta ahora me es desconocido. Vivo como autómata, riendo con los amigos de siempre, bebiendo el ron de siempre, yendo a trabajar al lugar de siempre y pese a que para muchos esto podría percibirse como estabilidad, para mí es un estado transitorio, un paso previo hacia lo que verdaderamente busco. El problema es que no sé qué es eso.

Es difícil tener treinta y tantos y no sentir que hay algo que supuestamente debería estar pasando y que no pasa. Al menos para mí, que estoy rodeada de "metas oficiales" cumplidas por otros. Siento que dado que no estoy ahí debo buscarme otras metas, el problemas es definir cuáles y centrar mis energías en ello. Sé de dónde vengo, pero no sé para dónde voy, ni siquiera en términos generales. Tal vez deba beberme otro ron-cola y pensar.